viernes, 24 de mayo de 2013

Capítulo 3

Nos quedamos así un buen rato, agarrados de la mano sin decir una palabra. Sólo mirándonos a los ojos, pensando en lo que había pasado. Yo aún no me lo creía, no me creía que hubiera tenido el valor de hacerlo, de besarle; a él, a Mario. Me preguntaba en qué estaría pensando, si sentiría lo mismo que yo o no. Se había quedado atónito, no sé si de la sorpresa o del asco. Oh no, ¿le habré dado asco? ¿Vergüenza quizá? ¿O simplemente indiferencia? No, indiferencia seguro que no, porque se había quedado sin palabras.Pensé en preguntarle algo, pero no me atreví a soltar palabra. Dios mío, era tardísimo, no podría quedarme por mucho tiempo...

- ¿Vas a decir algo?.- le dije un poco preocupada.

Siguió callado. No sabía qué hacer, me estaba empezando a impacientar.

- Mario, por favor, dime algo. Este silencio es un tormento.

Y siguió callado. Me pareció que no quería hablar, que seguramente no sentía lo mismo y no sabía cómo decírmelo. Pues no me quedaría a esperar a que me lo dijera. Me fui llorando, ya que no aguantaba pensar en lo que me iba a decir. Mientras me iba, me pareció oír que decía algo, pero no me molesté en girarme, no ahora que estaba llorando.

Llegué a casa de Brenda y subí corriendo hasta su habitación. Era la 1:10. Bueno, no había llegado tan tarde. Abrí la puerta y la vi, estaba esperándome. Iba vestida así:Conjunto

-¿Ya estás aquí?.- me pregunto extrañada.- Qué pronto has llegado ¿Qué tal ha ido?.- me dijo emocionada.

- No lo sé. 

-¿CÓMO QUE NO LO SABES? 

- Pues que no lo sé. Nos besamos y él se quedó callado, le pregunté si me iba a decir algo y nada. Fijo que estaba pensando en cómo decirme que no sentía lo mismo.

- ¿Eres tonta? ¿Cómo sabes que te iba a decir que no? Puede que sí, parva. 

- No lo soy, si hubieras estado allí, pensarías lo mismo que yo.

- ¿Y lo dejaste allí solo? 

- Pues sí, no iba a estar esperando a que me rechazara...

- Pero tía...- no le dejé terminar.

- Déjalo Brenda, no quiero hablar sobre eso, ¿vale? 

- Bueno, vaaale.- me dijo resignada.

-Venga, vamos a ver una peli, necesito despejarme y pensar otra cosa.

Ella fue a escoger una película y yo me fui a ponerme mi pijama: Conjunto. Acabé de ponérmelo y me fui al salón para ver la peli con ella.

- Aaay, te ves tan adorable con ese pijama.

- Jaja, es mi favorito.

- Lo sé.

Nos pusimos a ver la película "In time". Después de media hora dije:

-Espera, voy al baño.

Llegué al salón después de ir al baño y empezó a sonar un ruido muy raro, cómo si estuvieran dándole golpecitos al cristal, aunque sería un poco raro, ya que estábamos en la segunda planta.

- ¿Qué es eso?.- dije extrañada.

- Ah, pues no sé...- aunque se notaba que sabía lo que pasaba.

Me acerqué a la ventana y vi a Mario lanzando piedrecitas a la ventana ¿Qué coño hacía ahí?

- ¿QUÉ COÑO?- dije muy sorprendida.- ¿Qué hace él aquí?

Me giré y miré a Brenda. Se había puesto colorada, así que ocultaba algo.

- ¿Qué has hecho Brenda?

- ¿Yo? nada.- dijo poniéndose cada vez más colorada.

- Brenda estás colorada, así que ya me lo puedes ir contando.

- Bueno,vale. Me preguntó por whatsapp dónde estabas y le dije que estabas en mi casa.

- ¿Y por qué has hecho eso?

- Porque quería que aclararais todo, no podíais seguir así. Así que ahora vas a salir y vas a hablar con él.

Puf, pues menos mal que los padres de Brenda no están en casa, se han ido a una cena de empresa. Abrí la ventana y le dije:

- ¿Qué haces aquí?- le dije un poco borde.

- Necesito hablar contigo.

- ¿Y por qué no me hablaste antes? Sólo te quedaste callado, como si no sintieras nada.

- No me salían las palabras.

- Claro, no te salían las palabras para rechazarme, ¿no? Pues si es así, paso de escucharlo.- la verdad es que me estaba pasando de borde, aunque siempre que estoy dolida o incómoda me pongo así.

- No! Por favor baja y hablamos.

- No tengo nada que oír, está todo muy claro.

- Por favor, baja o sino tendré que gritarlo y despertar a todo el barrio.

- No lo harías...- no me dio tiempo a terminar la frase.

- ¡SÍ QUE TE QUIERO VERA! ¡TE QUIERO MUCHÍSIMO! ¡DESDE SIEMPRE Y PARA SIEMPRE!

Ahora era yo la que no hablaba. Me quedé atónita, ya que no me lo esperaba. Brenda me miraba con una sonrisa de oreja a oreja y él estaba esperando ansioso a que respondiera.

- Qué, ¿ahora no vas a hablar tú?

Yo seguía sin hablar. Me quedé sin palabras.

- Espera un momento.- le dijo Brenda a Mario, y me llevó adentro.

- Ey, ¿le vas a hablar o qué?.- me dijo Brenda.

- Es que no sé qué decir...

- No tienes que decir nada, sólo baja ahí y abrázalo y nada más.

No me lo pensé dos veces. Bajé, salí de casa y salté a sus brazos. 


- ¿Esto quiere decir que quieres estar conmigo?

- Como has dicho tú: desde siempre y para siempre.

Y sin nada más que decir nos besamos delante de todos los vecinos, que se habían despertado por el alboroto. Nos separamos y cuando nos dimos cuenta de todos los que nos estaban mirando (menos mal que no nos miraron mis padres) nos echamos a reír, felices por haber arreglado todo.

- Bueno...¿qué haremos después de esto?- me dijo.

- Hmm, ¿me estás pidiendo salir?- le dije divertida.

-Puede...

- Jaja, pues esa no es forma de pedírselo a una chica...

Y de repente, después de eso, se arrodilló y gritó divertido para que todos lo pudieran escuchar.

- ¿VERA, QUIERES HACERME EL CHICO MÁS FELIZ DEL MUNDO Y SALIR CONMIGO? HAZLO, Y TE JURO QUE TE HARÉ FELIZ POR SIEMPRE.

Oh dios. No creía que me hubiera dicho todo eso delante de casi todo el barrio.

- ¡DI QUE SÍ!- gritó Brenda emocionadísima.

- Que dices, ¿sí o no?

- ¡¿Tú que crees?! Claro que sí, bobo.

Me levantó en el aire y me besó como nunca me habían besado. Sentí tantas cosas al mismo tiempo...Alegría y miedo al mismo tiempo; miedo por haber empezado todo esto ya que nunca antes había estado con alguien. Llevaba tanto tiempo esperando esto que no me lo podía creer.

- ¿En qué piensas?- me dijo extrañado porque me había quedado embobada.

- Estoy pensando que esto es demasiado bueno para ser cierto.

- Pues no pienses más.- me dijo y me volvió a besar.-  Sólo piensa que te quiero.

Eran las 2:00 de la madrugada. Nos teníamos que levantar a las 7:30, así que nos teníamos que ir ya adentro.

- Me tengo que ir...-dije apartándome, aunque con muy pocas ganas.

-No te vayas amor...

Amor. Me había llamado amor, era demasiado bueno. No me quería ir, no me quería apartar de él, pero había que hacerlo si no queríamos que los padres de Brenda nos pillaran.

- Lo siento, pero los padres de Brenda llegarán en nada...

- Bueno, está bien. Hasta dentro de unas horas entonces.- me dijo sonriendo.

- Hasta mañana.

Me di la vuelta y justo en ese momento me cogió por la cintura y me dio la vuelta. Nos quedamos pegados,nariz con nariz, frente con frente.

- ¿No te vas a despedir de mí?- me dijo bromeando.

Me reí y le besé. Fue un beso rápido, pero aún así fue estupendo, sólo por el hecho de besarle a él.

- Hasta dentro de unas horas amor.- le dije susurrando, aunque me oyó perfectamente, ya que seguíamos frente a frente.

Nos separamos y me fui adentro. Subí las escaleras y después de darle un fuerte abrazo a mi mejor amiga, me acerqué a la ventana y le vi marcharse. Andaba despreocupado, parecía feliz. Y la verdad es que aunque yo no lo supiera, estaba verdaderamente feliz. 

Ya le echaba de menos.

Me di la vuelta y ahí estaba Brenda, con esa sonrisa de oreja a oreja que siempre mostraba.

- ¿Qué?- le dije riéndome.

- Que por fin sois felices y eso es lo mejor que puede haber.

La abracé llorando. Había pasado todo esto en menos de 24 hora, demasiadas cosas en tan poco tiempo. Nos separamos y decidimos que ya había sido demasiada emoción, así que tocaba irse a dormir.


Ya en la cama me puse a pensar en todo lo que había pasado y no puede evitar sonreír como una tonta; una tonta enamorada. "Esta alegría no es normal" pensé, aunque aún no sabía toda la alegría y tristeza que iba a sentir en tan poco tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario