domingo, 23 de junio de 2013

Capítulo 8.

Me desperté. Eran las 10:15. Una hora más tarde llegó mi madre y llamó a la puerta. No quise levantarme, no quería ver a nadie, así que no contesté. Se marchó, pero a la media hora llegaron mi hermano Eloy.

- Ey Vera, Mario me ha llamado porque tú no le coges. Está ahora al teléfono, ¿te lo paso?

Al oír eso me eché a llorar. Eloy lo oyó y le dijo a Mario que en ese momento no podía cogerle y colgó.

- Vera ábreme, dime qué te pasa.

Yo seguí sin responder. Después de estar un rato insistiendo me dejó en paz. Me volví a dormir. A las 12:00 me volvieron a despertar, pero esta vez era Santi.

- Vera ábreme.- dijo serio.

- Déjame en paz Santi, no estoy para nadie hoy.

Se quedó en silencio un momento y dijo:

- Por favor, sé que no soy el mejor hermano del mundo, pero te juro que si hay que partirle la cara a alguien se la parto. Venga Vera ábreme y te prometo que haré todo lo que pueda por ayudarte.

Vaya, no me esperaba eso de mi hermano. Abrí la puerta.

- ¿Qué quieres?

- ¿Me vas a contar lo que ha pasado?

Le conté todo lo que había pasado.  Se quedó un momento en silencio y dijo:

- Se lo tienes que decir Vera. No puedes estar engañándole.

- Es que yo no quiero estar engañándole...No podré estar tanto tiempo sin verle.

Después de estar un rato insistiéndome, me convenció para salir de la habitación. Me fui a cambiar y me vestí así: Conjunto. Nos fuimos a dar una vuelta hasta que fueran las 14:30 para ir al hotel para comer con todos. Fue genial estar con mi hermano, me animó bastante, cosa que no me esperaba. A las 13:30 nos fuimos al hotel para prepararnos. A las 14:20 bajamos los dos juntos para coger el sitio. Acordamos que no sentaríamos juntos. Yo no me sentiría bien si no estaba con él, y él quería  controlar que Yoel no se acercaba a mí. Me puse esto para ir al restaurante: Conjunto. Se sentó conmigo y con las chicas en la misma mesa. Todas se pusieron a babear menos Sara. Se rieron juntos y hablaron mucho, pero no babeaba ni nada parecido como las otras. Comimos y decidí irme con Sara a dar una vuelta. No nos apetecía nada cambiarnos así que nos fuimos como habíamos ido a la comida. Ella fue así: Conjunto

Salimos del hotel. Estábamos en la entrada cuando me pareció ver a alguien conocido. Me di la vuelta y le vi: llevaba un ramo de flores y vestía así: Conjunto.

- ¡Vera!- gritó y vino corriendo a abrazarme. Yo no me lo podía creer ¿Había venido desde Madrid hasta Barcelona para verme? Dios, esto no podía ser.

- ¿Qué haces aquí?- aunque no sé para qué se lo preguntaba, estaba claro.

- Te echaba demasiado de menos y decidí venir a verte.

¿Y ahora qué? ¿Qué le podía decir? Me quedé quieta mirando aquellos ojos grises que tanto me gustaban. Tendría que decírselo, ¿pero cómo? Decidí que sería mejor contárselo ya...

- Mario ven adentro, tenemos que hablar.

- ¿Para qué? ¿Por qué no vamos mejor a la playa? Aquí hace muchísimo calor, no como en Madrid. Venga, lo que tengas que decirme, dímelo aquí y ahora.

- No Mario, no lo entiendes, es mejor que vayamos dentro y estemos los dos solos para contártelo...

- Que no Vera, dímelo ya.

Justo en ese momento salía Yoel por la puerta del hotel y, como no, Mario le vio enseguida. Él me miró y vino hacia mí, sin darse cuenta de que Mario estaba a mi lado.

- Vera, por fin te encuentro. He querido hablar contigo desde lo de ayer, pero...-y en ese mismo momento se dio cuenta de quien estaba allí. 

- ¿Qué hace éste aquí?

Yoel y yo nos miramos ¿Cómo decirle que le había engañado?

- Mario, por favor, vamos adentro y hablaremos...

Y de repente, pareció entenderlo todo. 

- Dime que no lo has hecho Vera...Dime que no has tenido nada con él.- dijo Mario. Parecía que iba a llorar.

Yoel decidió intentar ayudarme:

- Mario, es mejor que le hagas caso. Vete adentro con ella. No creo que quieras, pero si hace falta te lo explicaremos entre los dos.- se le veía realmente mal. Antes de que pudiera hacer nada, Mario se abalanzó y empezó a pegarle. Yo intenté separarles pero no hubo manera. Sara fue a llamar a Santi para que los separara y enseguida llegó. Los separó. El labio y la nariz de Yoel estaban sangrando y Mario tenía intenciones de que llegara a más.

- Ya está bien. Mario, es mejor que te vayas antes de que te metas en problemas.

Él se apartó, me miró y dijo, tirando las flores al suelo, justo a mis pies:

- Toma, seguramente él te dará cosas mejores o te hará sentir mucho mejor que yo, pero aún así toma las flores, yo ya no las quiero.

Y diciendo esto se fue. Yo me quedé quieta mirando como se iba, como la persona que más quería se iba odiándome, llorando con el corazón roto y todo por mi culpa. Me di la vuelta y vi a Yoel sangrar. Le acompañé dentro del hotel y pedí un botiquín para curarle la herida del labio. Yo no dejaba de llorar. No hacía ningún ruido ni le hablaba, simplemente lloraba. Yoel me miraba con bastante pena.

- Lo siento muchísimo Vera, no quería fastidiar tu relación con él, pero no pude evitarlo...

- La culpa no fue tuya. Yo tenía que haberme apartado, no tenía que haber dejado que me besaras, pero yo tampoco pude evitarlo.

- Entonces eso significa que sientes algo por mí, ¿verdad? 

Le miré a los ojos. No me podía creer que estuviera diciéndome eso con todo lo que acababa de pasar. No quise contestar, pero él siguió insistiendo:

- ¿No me oyes? Te estoy diciendo que es verdad que sientes algo por mí y tú no dices nada. Te da miedo admitir lo que realmente sientes.

Yo seguí sin responder. Por una parte no quería hablar en ese momento y por otra no quería reconocer que tenía razón.
¿Cómo había pasado todo esto? ¿Cómo había pasado de estar con el chico que siempre quise a tener dudas? 

- Vera, joder respóndeme. Sabes que tengo razón.

- ¿Qué quieres que te diga? Sí, he engañado a la persona que más quiero y sí, sí que siento algo por ti ¿Algo más? La culpa es mía. No nos teníamos que haber conocido nunca.

Dicho eso me fui, no quería saber nada de nadie en ese momento. Cuando iba a llegar al ascensor me detuvo mi hermano. Me intentó abrazar, pero yo no quería estar con nadie. Intenté separarme de él cuando me abrazó, pero terminé llorando en sus brazos. Me acompañó a mi habitación.

- Mira, yo me voy a cambiar.- llevaba el traje que se había puesto para ir a comer al restaurante del hotel.- Cuando termine vengo y pasamos la tarde juntos viendo pelis, ¿vale?

A mi me pareció un buen plan. Me fui a cambiar. Llegó vestido así: Conjunto. Yo me puse esto: Conjunto. La sudadera era de Mario. Me la había dado el día de la pelea. Olía a él.
Nos pusimos a ver la películas hasta que fueron las 20:00. Él había quedado y yo también. Yo y Sara habíamos quedado en ir a dar una vuelta y como ya le había dejado plantada antes, no lo iba a hacer ahora.

Me cambié y bajé. Hacia un poco de fresco así que me puse esto: Conjunto y Sara esto: Conjunto. Me encantaba su camiseta, había comprado una igual para Brenda. Nos fuimos a cenar a una bocatería y dimos una vuelta. Estábamos en el paseo de la playa cuando vi a Mario.
¿No se había ido ya? ¿Por qué seguía aquí? Me acerqué para explicarle todo. 

2 comentarios:

  1. Me encanta... Está genial. Continua, por favor. Tiene muy buena pinta, y me pongo mucho en el papel de la protagonista, y Yoel es muy estúpido pero en el fondo tiene buen corazón, y Mario, ¡qué mono! Me da pena de él...
    ¿Puedes avisarme por twitter? @andreahoran42

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    1. Muchas gracias! Pensé en hacer así a la protagonista para que las personas que lo leyeran se sintieran identificadas o se metieran en el papel.
      Claro, siempre aviso por twitter cuando publico un capítulo :)

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